Estoy seguro que todos en algún momento de nuestras vidas hemos disfrutado viendo gotas de agua caer, y es increíble poder apreciar esas ondas que a la medida que van alejándose del centro donde cayeron, van desapareciendo, esto me hace recordar mucho a todo lo que queremos emprender en la vida, sea algo sentimental como algo espiritual; reiteradamente he hablado que nosotros los seres humanos somos llevados por las emociones y muchas veces dependemos de eso para sentirnos motivados ante algo lo cual esperamos mucho cuando lo iniciamos; pero que tiene en común las ondas del mar y nuestras emociones?, en primer lugar hay que darnos cuenta como estamos llevando nuestra vida, si lo que hacemos realmente lo hacemos con amor y de alguna u otra manera esta ayudando a las personas, segundo debemos de darnos cuenta si lo que hacemos ahora, lo estamos haciendo con el mismo entusiasmo que cuando lo iniciamos, y tercero, darnos cuenta si estamos haciendo lo correcto. Si nos ponemos a comparar nuestras ganas de motivar ese entusiasmo de querer seguir creciendo en lo que estamos haciendo con las ondas que se forman en el mar al contacto de un objeto, nos daríamos cuenta que tienen mucho en común, desde el punto en que el pensamiento que se siembra en el pensamiento hace que queramos ver frutos en tiempos muy cortos, y esto no solo se relaciona con lo que queramos emprender, sino muchas veces tiene que ver con nuestras propias aspiraciones, por ejemplo, a nuestro alrededor conocemos e incluso somos participes de las necesidades económicas que atraviesa el país, pero ante cualquier situación que se origina, queremos que nuestro primer trabajo sea como estar en nuestra casa, ganar mínimo el doble del sueldo básico y para combo tener días feriados, libres o vacaciones cada cierto tiempo; la necesidad sin deseos de superarse nos hace esclavos de la dependencia, y ese es el problema de cuando se vive de emociones falsas; en la vida de un cristiano, el conocer de Cristo se vuelve como nuestro primer amor, conocemos de su verdad, y vemos como obra el espíritu santo en cosas que nunca nos imaginamos, pero hay muchas cosas que marcan nuestra vida dentro de la carrera del cristianismo y esa tiene que ver con las emociones que podemos sentir, y una de las cosas que nos tienden a renunciar son las mismas que se originan de la carne, hay 3 evangelios que poseen una parábola que estoy seguro que desde niño la hemos escuchado y esta es la parábola del sembrador (Mateo 13:1-9, Marcos 4: 1-9 y Lucas 8:4-8) y la cual nuestro Señor Jesucristo nos explica la historia de un sembrador que salio a sembrar su semilla y mientras sembraba una semilla cayó en el camino; y vinieron las aves y se la comieron, otra cayó en los pedregales, donde no había mucha tierra, y luego de poco tiempo broto pero como no tenia profundidad el sol la seco y por consiguiente la seco, otra cayó entre espinos que al pasar el tiempo, los espinos la ahogaron y murió también, pero hubo una que cayó en tierra fértil la cual dio fruto, a treinta, a setenta y a ciento por uno; y así suele ser nuestra vida, muchas veces edificamos nuestra vida en lo convincente pero no en lo fundamental, y aveces no comprendemos como o porque se desvanece nuestras ganas de perseverar en lo que estamos haciendo, hay un Dios que golpea nuestra puerta, y sobretodo hay muchas emociones que pasan por nuestra mente pero depende de nosotros el saber donde estamos edificando nuestros principios y hacia donde estamos apuntando, si tu semilla esta plantada en tierra desértica o tierra aparentemente fértil lastimosamente vas a vivir de emociones o de dependencia, si tu semilla esta plantada con animo de aprender de Dios pero no lees la Biblia entonces lastimosamente va a ser un árbol sin frutos, pero si tu semilla esta plantada en deseos de obedecer a Dios pues vas a ver los resultados.
Hay que tomar en cuenta lo que estamos haciendo y saber que si estamos dependiendo de emociones o planteando nuestros sueños en cosas que no edifican (lo material, el éxito, etc) nos vamos a dar cuenta que a poco tiempo nos sentiremos que no es realmente algo que edifique nuestro espíritu, analicemos mas nuestra vida, no dejemos que esas ondas en el mar de nuestro cristianismo basado en el evangelio, o esas ondas basadas en nuestras ganas de querer conocer lo que realmente nos hace bien, no se desvanezcan, oremos, leamos la Biblia y sobretodo aprendamos a edificar nuestros principios, un fuerte abrazo y que el Señor los bendiga.
"Palabra fiel es esta, y en cuanto estas cosas quiero que hables con firmeza, para que los que han creído en Dios procuren ocuparse en buenas obras. Estas cosas son buenas y útiles para los hombres" Tito 3:8
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