jueves, 20 de febrero de 2014

Castigo o Disciplina?


A nadie nos gusta que nos corrijan y mucho menos que nos llamen la atención, desde muy pequeños hemos aprendido a comportarnos y a saber diferenciar una acción buena o mala por medio de la disciplina que nos ejercen nuestros padres; pero también uno de los hechos que marca nuestra niñez son justamente los castigos que nos ponían cuando ya no aprendíamos "por las buenas", hoy veremos la diferencia de estos dos conceptos y porque muchas veces son importantes para darnos cuenta de un error o simplemente para enseñarnos a vivir de una manera adecuada.

Hay que esperar que pasen las cosas para saber si fue malo o bueno?, es muy común hoy en día esperar del error para sentirnos responsables de una mala acción, hoy en día vemos padres que tratan a sus hijos con un tono mas suave, hijos que tratan a sus padres con otra importancia, olvidando incluso el temor a Dios; la obediencia es un tema a conveniencia y es tema que hoy en día no se practica desde el hogar; recuerdo que en mi niñez era muy extraño escuchar a un niño decir malas palabras en todos lados o decirle que no a algo que sus padres le ofrecen o peor aun hacerle un berrinche en todo lugar; pero todo eso fuimos aprendiendo a medida que nuestros padres nos fueron disciplinando y también castigando cuando no aprendíamos, y es algo que hoy en día les agradezco porque aprendí a respetar, a ser cauto al hablar y sobretodo a cuidarme, pero el 90% de las veces nunca me gusto que me llamen la atención, personalmente siempre fui travieso desde mi niñez y como deben de imaginarse, era de los niños que desde los 3 años ya estaba en el parque jugando fútbol en medio de los grandes y mi mama corriendo atrás mio, pero hoy podemos ver a jóvenes e incluso adultos que por pensar que ya están a una edad que no se los puede corregir pueden hacer de todo, o personas que como en su niñez no les dijeron nada pueden hacer lo que quieran, o incluso personas que ven a Dios como su Padre, pero que utilizan esa palabra "Padre" únicamente a su conveniencia, como dije desde el principio, un padre es el que disciplina al hijo, el que esta constantemente enseñándole y que sobretodo apacigua sus emociones; difícilmente podemos obedecer a un Dios que nos pide compromiso, si nuestros padres no nos enseñaron el valor de la obediencia difícilmente vamos a obedecer a Dios; la disciplina es la forma de instruir a una persona para corregir o direccionarla para que lleve una buena vida, y el castigo es el resultado de una mala acción que a su vez se vuelve en una sanción impuesta por un mal acto, pero dentro del castigo el resultado de aquello es saber llevar una buena vida, en la vida cristiana es muy difícil entenderlo, pero comenzamos a entenderlo a medida que pasa el tiempo, un momento malo hace pensar que Dios "me esta castigando", cuando en realidad Dios nos esta enseñando, cuando creemos que Dios se aleja de nosotros, es cuando mas debemos de creer en él, es algo muy difícil muchas veces pero que si aprendemos de testimonios como la vida de Job, Pablo y el mismo Jesucristo, nos damos cuenta que siempre Dios en medio de cualquier dificultad siempre nos esta enseñando y a su vez nos esta disciplinando para ser mejores hijos y entender su voluntad.

Reflexionemos un poco y pongamos en una balanza nuestras emociones y nuestras ganas de servir a Dios, para así darnos cuenta a que estamos dispuestos a seguir, la voluntad de un Dios que te enseña realmente lo que es amor, o un Dios que te invita a tener lo que "quieres"; el principio de la sabiduría es el temor a Dios y el temor a Dios es el respeto a su palabra y el respeto a su palabra es obedecerla y no obedecerla a medias, la decepción es grande cuando se vive una vida esperanzada en los placeres del mundo, el dinero, lo material siempre se acaba, mas el amor de Dios en medio de su enseñanza siempre nos dará nuevas fuerzas cada día, Dios es amor, y ese amor nos enseña realmente su camino y su verdad.... Una vida semejante a Cristo.


El Señor los bendiga!

"Y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo: 
"Hijo mio, no menospreciéis la disciplina del Señor, 
ni desmayes cuando eres reprimido por él,
Porque el Señor al que ama disciplina,
y azota a todo aquel que recibe como hijo.
Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿que hijo es aquel a quien el padre no disciplina?" Hebreos 12: 5-7

"Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados" Hebreos 12: 11

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